También se conoce como economía creativa, muy extendida en Iberoamérica. Engloba la propiedad intelectual, en tanto que su terreno es el de la creación de ideas y conocimiento. Las industrias que la componen son la cultural (arte, diseño, arquitectura, gastronomía, publicidad) y la del conocimiento (educación, investigación y desarrollo, alta tecnología, informática).